otra vez

y llegás a aeropuerto
y no ves a nadie llorar
te quieren sellar la valija pero a vos te gustaría que sellen el tiempo, que lo metan adentro de una bolsa
Él hace todos los trámites y despacha su valija
quedan unos minutos y se van a tomar un café
Desde hace unos días que te controlas de llorar en cualquier lado
ese es el momento y lloras y es gracioso porque pareciera que no lo provocó nada
ni una palabra, ni una acción
llorás y podés parar y se te pasa
y llega la hora
y te acordas de cosas
los juegos, las peleas, los almuerzos
las cenas, los festejos
la casa de la abuela
la confianza
y se abrazan por ultima vez
y ese abrazo se hace elástico
y se siguen abrazando mientras él ya se está yendo
y ese contacto se termina
y no lo ves más
y rebotás en el piso
y se hace una grieta
que no es un abismo
pero te persigue
y te recuerda que va a volver a pasar
porque ya viene pasando cada uno o dos años
y te preguntas por qué se fue a vivir a otro país
y seguís tu vida
con la grieta a tus pies

1 comentario:

Diane dijo...

uuhh... sentí la grieta. que buen texto.